Reforzar el Banco del Bienestar: ¿un proyecto costoso y complicado?
Reforzar el Banco del Bienestar es una de las metas que tiene el gobierno de Claudia Sheinbaum, pero los expertos alertan sobre los altos costos que esto conlleva, además de señalar que se necesita una entidad que realmente impulse la inclusión financiera entre los mexicanos. “El Banco del Bienestar está en una situación financiera muy precaria. Su única fuente de ingresos son los apoyos del gobierno, no porque haga banca de manera efectiva”, afirmó Gabriela Zapata, especialista en inclusión y salud financiera. Al término del 2023, el Banco del Bienestar reportó gastos operativos que ascendieron a 9,511 millones de pesos, un aumento del 72% comparado con el año anterior.
Los expertos subrayan que el gobierno debe fomentar y facilitar el ahorro entre los usuarios del banco, además de hacer más transparente el uso que se le da a una institución que ha costado, al menos, 15,000 millones de pesos solo en construir sucursales. Estimaciones del gobierno federal sugieren que construir cada sucursal del Banco del Bienestar cuesta aproximadamente 6 millones de pesos, considerando cajeros y equipos de cómputo. En los “ 100 pasos para la Transformación ” que presentó Sheinbaum al inicio de su administración, el punto 18 menciona que intentarán “fortalecer el Banco del Bienestar como una banca social que promueve y facilita el ahorro” y evolucionar para que funcione como una entidad financiera. Para lograr que el Banco del Bienestar se convierta en una verdadera institución bancaria y no solo en un dispensador de programas sociales, se necesita realizar una fuerte inversión en tecnología para modernizar su app y sus sistemas. Aunque no hay un cálculo claro sobre cuánto dinero se requiere para transformar al Banco del Bienestar en uno con funciones de banca comercial, Vicente Gómez, director de Instituciones Financieras de Moody's Local, citó que BBVA México -el banco más grande del país- invirtió 20,000 millones de pesos en 2023 para tecnología e infraestructura. Sin embargo, este banco apenas ha sido transparente respecto a la actualización de su sistema core bancario y, aunque su app tiene muchas descargas, solo sirve para consultar saldos. Moody's Local también advirtió que un reto crucial, tras la construcción de más de 3,000 sucursales, será lograr que la operación sea sostenible con la tarifa del 2% que cobran. “Operar en zonas donde los bancos privados no quieren ingresar es un desafío”, mencionó. La banca de desarrollo, como originalmente fue el Banco del Bienestar, debe enfocarse en ofrecer financiamiento productivo. Banobras, por ejemplo, apoya en infraestructura a estados y municipios, mientras que Nacional Financiera (Nafin) ayuda a las pymes y Bancomext se encarga de pymes y empresas exportadoras. “De verdad, no hay otro tipo de banco que fomente préstamos a la gente. ¿Cómo motivas a los más vulnerables a pedir prestado? Es interesante, pero también riesgoso”, añadió Moody’s Local. El experto destacó que aunque otorgar préstamos puede parecer sencillo, el verdadero desafío radica en la cobranza, que exige especialización y conocimiento del mercado. "Una banca de desarrollo sólida es aquella que tiene rentabilidad suficiente para mantener su capital y no requiere apoyo del gobierno, que anualmente se recicle y pueda recapitalizarse sola", detalló.
¿Qué debería hacer el Banco del Bienestar? Gabriela Zapata sugiere que, para que el Banco del Bienestar cumpla con su papel de inclusión financiera, debería estar conectado al SPEI del Banco de México para facilitar transferencias y asegurarse de que el dinero que reciben los usuarios se utilice para fomentar el ahorro y la inversión. “Para incentivar el ahorro, sería ideal, como ha señalado el Banco del Bienestar, que los depósitos quedaran dentro de la institución y se usaran como fuentes de inversión y ahorro”, coincidió Vicente Gómez. Zapata mencionó que en el anterior Banco de Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), había un programa para fortalecer la inclusión financiera (PAFIIF) que capacitaba a las personas en ahorro. “Tuvo muchos problemas, eso es verdad, pero era un esfuerzo por hacer que las personas viesen al banco como un banco y no solo como un medio para recibir programas sociales, lo cual fue muy complicado de lograr”, explicó. Tanto Zapata como Gómez coincidieron en que, a pesar del esfuerzo del gobierno de fomentar el uso de tarjetas, esto no ayuda a la bancarización si no se acompaña de otras estrategias. “Para muchos, tal vez es la primera vez que tienen una tarjeta, pero en Moody´s Local lo vemos como una remesa, es un dinero que llega y se gasta; no se invierte, no se deposita y eso no amplia la bancarización”, añadió Gómez. ¿El futuro está en la Financiera del Bienestar? Recientemente se informó que la Financiera del Bienestar, además de seguir con la dispersión de remesas de los mexicanos en el extranjero, también se encargará de financiar y recuperar créditos otorgados durante la pandemia, conocidos como créditos a la palabra. En el ámbito de remesas, esta financiera ha distribuido 77,000 tarjetas, permitiendo envíos por un total de 12 millones de dólares. Zapata dijo que una ventaja de la Financiera del Bienestar es su amplia cobertura nacional, especialmente en lugares donde no hay tiendas como Oxxo. Sin embargo, el desafío sigue siendo la recuperación de pagos de manera efectiva.Al final del día, es crucial que el Banco del Bienestar no solo se convierta en un organismo que entrega recursos, sino que logre fomentar una cultura de ahorro e inversión entre los mexicanos. La educación financiera es fundamental para que las personas comprendan la importancia de manejar su dinero de manera responsable, lo que a la larga se traduce en una economía más robusta y sostenible. Sin esto, el esfuerzo por fortalecer este banco podría ser en vano, corriendo el riesgo de convertirse en un mero esquema de asistencia sin un impacto económico real.