Estafas Fiscales: Cómo los Cibercriminales Engañan a los Contribuyentes
Los estafadores han encontrado en las redes sociales, sitios web falsos, correos electrónicos y mensajes de WhatsApp, un terreno fértil para engañar a los contribuyentes haciéndose pasar por el Servicio de Administración Tributaria (SAT). A través de estos medios, buscan que las personas hagan clic en enlaces que pueden comprometer su información personal y permitir el robo de miles de pesos. Las denuncias realizadas al SAT, a la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), y expertos en el tema varían en gravedad: desde correo sospechoso hasta robos de identidad para formar empresas fantasma. Entre los métodos más comunes, los mensajes de WhatsApp han tomado protagonismo; de hecho, en junio pasado, Prodecon reportó que muchos contribuyentes recibieron mensajes donde supuestamente se les notificaba de deudas fiscales, urgéndolos a ingresar a un enlace en un plazo de 48 horas para conocer más.
El robo de identidad es una de las formas más preocupantes de fraude. Luis Pérez de Acha, experto en el área, explica que muchas personas han caído en trampas de phishing a través de correos y WhatsApp, lo que les permite a los estafadores acceder a información sensible, incluidas cuentas bancarias. La interacción remota con la autoridad fiscal se intensificó desde 2007, cuando el SAT comenzó a operar de manera transaccional, lo que obligó a los contribuyentes a facilitar su información fiscal. Pedro Canabal, también especialista en el tema, menciona que mientras más se comunique el SAT por estas vías, mayor será la imitación por parte de delincuentes, propiciando un ambiente de incertidumbre para los contribuyentes. De enero a septiembre de este año, el SAT envió cerca de 63.139 millones de mensajes, una cifra considerable comparada con los 28 millones de 2014. Además del phishing, existe un mercado negro para la información personal, que permite a los criminales tomar el control de la vida financiera de otros.
El abuso de confianza también juega un papel importante en estos fraudes. Por ejemplo, hay casos de empleados que, al proporcionar su INE para un trabajo, ven sus datos utilizados para abrir perfiles fiscales fraudulentos. El SAT ha identificado a 50 personas que fueron víctimas de suplantación de identidad en los últimos cinco años. La mayoría de estos casos se deben a la incorrecta transmisión de la e.firma, similar a entregar una hoja en blanco firmada. Michel Jiménez anticipa que estos fraudes se incrementarán con la creciente digitalización de procesos, lo que hace más urgente que el SAT modernice sus sistemas de seguridad sin que esto entorpezca la obligación de los contribuyentes de cumplir con sus responsabilidades fiscales. Pérez de Acha sugiere que el SAT debería limitarse a comunicarse solo a través del Buzón Tributario, ya que el uso de WhatsApp y correos no está contemplado legalmente.
Con esta situación, es más crucial que nunca que los contribuyentes se mantengan alerta ante la constante evolución de las estafas digitales. Proteger nuestra información personal y ser escépticos ante mensajes sospechosos son medidas preventivas que pueden evitar que caigamos en estos engaños. El manejo responsable de nuestros datos y la insistencia en utilizar canales oficiales son pasos clave para salvaguardar nuestras finanzas en un entorno cada vez más digital.