Retos de México frente a los aranceles impuestos por Trump
La imposición de un 25% de aranceles por Estados Unidos a los envíos de productos mexicanos se considera una transgresión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual prevalece sobre cualquier orden ejecutiva o decreto presidencial de los países miembros, así lo declararon expertos en entrevista con Expansión. En este contexto, México tiene la opción de responder mediante una de las tres alternativas disponibles: imponer nuevas medidas arancelarias y no arancelarias, que podrían incluir permisos especiales o requerimientos específicos de embalaje para productos que vengan de Estados Unidos. Tras un mes sin acciones, los aranceles del 25% aplican a los productos de México y Canadá que se envían a Estados Unidos a partir del martes 4 de marzo. Según la presidenta Claudia Sheinbaum, los detalles sobre estas medidas se darán a conocer el próximo domingo al mediodía en el Zócalo de la Ciudad de México.
Para implementar oficialmente estas medidas, es necesario que la Secretaría de Economía las publique en el Diario Oficial de la Federación, comentó Pedro Canabal, socio en Comercio Exterior e Impuestos de Baker Tilly México. Es importante recordar que en junio de 2018, durante el inicio del primer mandato de Donald Trump y en el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se impusieron aranceles al acero y aluminio mexicanos, canadienses y europeos. Como respuesta, México tomó medidas arancelarias contra productos estratégicos que provenían de su vecino norteño, tales como carne de cerdo, embutidos, manzanas, uvas y arándanos. México también tiene la posibilidad de solicitar un mecanismo de resolución de controversias bajo el Tratado, negociado por los equipos económicos y de comercio durante la administración de Trump y también en la de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. La imposición de aranceles a México y Canadá es vista como una violación directa al compromiso de trato preferencial arancelario para mercancías que se consideren originarias bajo el T-MEC, como indica el artículo 2.4, explicó Gloria Rocío Estrada Antón, presidenta de la Comisión Técnica de Comercio Exterior del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM). “Sin embargo, el presidente de EE.UU. justifica su decisión alegando que se trata de una emergencia económica nacional, amparándose en la IEEPA: International Emergency Economic Powers Act. Esta ley permite al gobierno estadounidense argumentar una emergencia económica basada en la llegada de migrantes y fentanilo, lo que afecta su sistema económico”, aclaró la especialista del CCPM. Esto implica que EE.UU. estaría fundamentando la imposición de aranceles bajo un tema de seguridad nacional, lo cual puede ser interpretado como una justificación para proteger sus intereses esenciales de seguridad, según lo establece también el T-MEC en su artículo 32.2. Por el momento, no hay forma inmediata de revertir la decisión del gobierno estadounidense; sin embargo, los gobiernos de México y Canadá utilizarán los mecanismos de solución de controversias del T-MEC y de la Organización Mundial de Comercio para probar que no se sostiene la emergencia alegada, dado que ambas naciones han cumplido con sus obligaciones según el Tratado, el cual no considera el incumplimiento en temas migratorios o de narcotráfico como una justificación válida de incumplimiento al T-MEC, destacó la especialista.
Finalmente, aunque existe la opción de retirarse del Tratado, esta no es una solución fácil ni beneficiosa para el país, dado que hay una gran dependencia de las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos. “Además, dado que este acuerdo fue negociado en su momento por el equipo de Trump, veo complicado que se pueda deshacer también en Estados Unidos”, comentó Canabal. El artículo 34.7 del T-MEC establece que el tratado tiene una duración de 16 años, después de su entrada en vigor en 2020, lo que significa que estará vigente hasta 2036, a menos que los miembros expresen su deseo de extenderlo. Para prorrogarlo otros 16 años, en la primera revisión programada en 2026, los integrantes deberán manifestar esta intención, extendiendo su vigencia hasta 2052; de lo contrario, finalizará en 2036. Esta mañana, la mandataria Claudia Sheinbaum mencionó que, a pesar de la permanencia de los aranceles, el comercio entre ambas naciones continuará, y el gobierno mexicano se mantiene abierto al diálogo. Se anticipa que la presidenta y el presidente de EE.UU., Donald Trump, tengan una conversación el próximo jueves. “De cualquier forma, Estados Unidos busca continuar la renegociación del Tratado, por lo que el diálogo es necesario, y debe ser a nivel presidencial... estamos atentos al diálogo, pero en caso de que estos aranceles persistan, debemos establecer medidas que protejan nuestra economía”, aseguró Sheinbaum.
Es fundamental que México maneje cuidadosamente su estrategia ante estos aranceles, manteniendo un equilibrio entre la defensa de su mercado interno y el cumplimiento de los compromisos internacionales. La diversificación en las exportaciones y la búsqueda de nuevos mercados serán claves para mitigar el impacto de las tensiones comerciales con Estados Unidos.