Perspectivas sombrías para la economía mexicana en 2025
La nueva presidenta de México, junto con su equipo económico, se enfrenta a un camino complicado en esta gestión federal, ya que las expectativas sobre el PIB al finalizar 2025 son cada vez más pesimistas. De hecho, los expertos advierten sobre la posibilidad de una recesión económica. Un elemento clave en este contexto es el manejo de las finanzas públicas, dado que, al inicio de un nuevo gobierno, es normal que el gasto público se realice a un ritmo más lento y que el sector privado contenga sus inversiones debido a los cambios administrativos y la curva de aprendizaje de los funcionarios, indicó Alfredo Coutiño, director para América Latina en Moody’s Analytics.
“Este fenómeno económico negativo es lo que se denomina el ‘ciclo político de la economía’, el cual ha persistido en las últimas cuatro décadas. Por lo tanto, lo que más se puede esperar en este traspaso de gobierno es un debilitamiento de la actividad económica, que podría transformarse en una contracción si el entorno empresarial empeora y la incertidumbre aumenta ante las primeras decisiones del nuevo gobierno y la inexperiencia en la gestión de políticas y riesgos”, advirtió Coutiño. La semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ( OCDE) ajustó sus proyecciones, disminuyendo su estimación del 2.0% en mayo al 1.2% para el PIB mexicano. "Mientras que la demanda interna ha fortalecido la economía en Brasil, India e Indonesia, en México se ha desacelerado, afectando especialmente al sector servicios", anotó el organismo internacional. “Sí existe un riesgo de contracción económica o recesión, es una situación complicada, dado que la economía se está desacelerando. Hay varios factores que influirán en esto (...) aunque en términos monetarios, la política monetaria será menos restrictiva, la política fiscal podría volverse muy ajustada, lo cual podría provocar una disminución en la demanda agregada y, por ende, una reducción en la producción”, explicó Rodolfo Navarrete, economista en jefe de Vector Casa de Bolsa, quien prevé un crecimiento del PIB de 1.4% para 2025. Además, la política fiscal se verá limitada debido al nuevo gobierno y el compromiso de la administración de reducir el déficit presupuestario, el cual se espera bajar del 5% del PIB en 2024 a 2.5% en 2025, implicando recortes y ajustes en el gasto público. Por ello, los analistas están a la espera de las propuestas del Paquete Económico 2025, que presentará Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, con fecha límite del 15 de noviembre para su entrega al Congreso. “El problema para el próximo año girará principalmente en torno a las finanzas públicas. Cuando se publique el Presupuesto, revisaremos esa proyección (del 1.4% para 2025)”, agregó Navarrete. El ciclo político de la economía no es exclusivo de México; también se observa en otras economías emergentes, particularmente en aquellas donde el manejo presupuestal es vulnerable ante la transición política. Sin embargo, “entre las principales economías de la región, México es el país donde el ciclo político influye de manera significativa en la dirección de la economía cada seis años, debido a la carencia de arreglos institucionales que garanticen un uso del presupuesto sin paradas durante el cambio de gobierno”, mencionó Coutiño. Por su parte, Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex, descarta esta posibilidad, ya que considera que desde la última crisis severa en el país en 1994, se han realizado cambios fundamentales que han facilitado que la transición gubernamental sea más estable. “Para 2025 proyectamos un crecimiento de 1.4%, no prevemos una recesión, a no ser que ocurran hechos extraordinarios, como una desaceleración brusca de la economía estadounidense, lo que no se anticipa; un recorte drástico en el gasto público, o conflictos geopolíticos que puedan tener repercusiones a nivel mundial”, concluyó Ceja.
Comentando sobre la situación actual, es esencial que tanto el gobierno como el sector privado trabajen de la mano para estabilizar la economía. La clave será fomentar un ambiente favorable para las inversiones y garantizar el uso eficiente de los recursos públicos, lo que podría contrarrestar el efecto del ciclo político y minimizar el riesgo de una recesión en los próximos años. La planificación fiscal adecuada y la capacidad de adaptación ante posibles choques externos serán determinantes para alcanzar un crecimiento sostenido.