Desolación en Acapulco: Un Retrato de la Crisis Turística
“Cuando llegas, lo primero que notas es un Acapulco polvoriento, no de basura, sino de polvo”, comenta una de las pocas turistas que decidió pasar el fin de semana en el puerto. De hecho, este no es el Acapulco de antes. La imagen ha cambiado drásticamente tras los huracanes Otis, en octubre de 2023, y John, en septiembre de este año, que arrasaron con todo a su paso. El característico aroma del mar fue reemplazado por el olor a concreto y pintura fresca debido a las enormes obras de reconstrucción que han comenzado a transformar el puerto de Guerrero.
Ya ha pasado un año desde que azotó Otis y un mes desde que sintieron el impacto de John. Es un mediodía de viernes y el sonido de la música de algunos locales se entrelaza con el ruido del taladro en la Avenida Costera Miguel Alemán, lo que genera un ambiente polvoriento, mientras los meseros intentan llamar la atención de los escasos paseantes con los menús en mano. La escasez de turistas es evidente; más bien, son los elementos de la Guardia Nacional y los trabajadores de la construcción los que dominan la escena. Sin duda, la economía de Guerrero se resiente gravemente por el impacto de Otis. Según datos del Inegi, el tercer trimestre de 2023 mostró un crecimiento del 4.5%, pero en el cuarto trimestre, luego del desastre, el crecimiento se volvió negativo, cayendo a -2.8%. El primer trimestre de 2024 continuó con un pobre rendimiento, alcanzando -1.8%.
Sin turistas y sin apoyos Un hombre delgado de lentes gruesos se acerca, ansioso por ofrecer algún trago cerca de la playa. Se llama Héctor, un mesero de 53 años que habla sobre el desastre del turismo, que brilla por su ausencia, sobre todo en los nacionales, ya que los turistas extranjeros son un fenómeno casi inexistente en Acapulco. Recuerda cómo después del huracán John, la ayuda económica prometida todavía no llega. Reflexiona sobre cómo tras Otis la respuesta fue inmediata, y reconoce el trabajo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien envió un bono de 28,000 pesos, seguido de otro de 32,000, además de electrodomésticos. Comparado con la ayuda tras John, que fue solo una despensa básica, Héctor sigue con optimismo: “¡Vamos hacia adelante!”. La caída en el turismo no solo es una realidad visible; los números de la Sectur lo demuestran. De enero a agosto de 2024, el Aeropuerto Internacional de Acapulco registró 1,772 llegadas, lo que representa una caída de 1,110 comparado con el mismo periodo de 2023. La mayoría de estos vuelos fueron nacionales, con apenas 15 internacionales, muy por debajo de los 157 registrados el año pasado.
¡Ventas de tan solo 80 pesos al día! La falta de turistas está dejando huella en la economía local, provocando que pocos negocios puedan sobrevivir. Por las tardes, muchos restaurantes apenas logran ocupar dos mesas. Sus empleados insisten en atraer clientes, aunque pocos lo logran. A su lado, los comercios que venden ropa, calzado, y recuerdos enfrentan una realidad más dura aún. Ni las rebajas del 60% logran atraer a los visitantes. María, una vendedora en el mercado de artesanías "El Pueblito", expresa su frustración: “ya empezábamos a recuperarnos y ahora otra vez a caer”. Con John, sus ventas han sido desastrosas; hay días que apenas logra vender cosas por un total de 100 pesos, lo que no es suficiente para subsistir. “¿Cómo se sostiene uno así?”, se cuestiona con desánimo. Guerrero, uno de los estados con mayores niveles de pobreza laboral, enfrenta un duro golpe, pues más del 52% de su población vive con menos ingresos de los que requiere para cubrir la canasta alimentaria.
Una vida nocturna desaparecida La fama de Acapulco por su vibrante vida nocturna parece un recuerdo lejano. En los fines de semana, las fiestas se han vuelto casi inexistentes; los bares y antros están desiertos, y solo algunos clientes se encuentran en las mesas. Las presentaciones musicales continúan, pero el público brilla por su ausencia. “Ya estuvimos cerrando temprano, porque no entra nadie en la noche”, comparte resignada una mesera. Las calandrias, esos hermosos carruajes que dan paseos por la playa, permanecen quietas, esperando un cliente. Mario, un conductor experimentado de 27 años, admite que jamás había visto un panorama así, “sí, es el peor momento de todos”. A pesar de todo, la gente en la playa respira un aire de tranquilidad, pero la profunda preocupación sigue latente entre los habitantes, temen nuevamente por la llegada de más huracanes.
Recuerdos de la tragedia Hace un año, este mismo lugar albergó a un grupo de periodistas en la Convención Minera, y hoy el Pierre Mundo Imperial, que fue refugio durante la tormenta, ahora se encuentra cerrado y reparado. El vigilante indica que abrirán de nuevo, pero otros muchos como el Princess deben permanecer cerrados hasta nuevo aviso por las graves secuelas de Otis. Mientras algunos hoteles están recuperando su capacidad, otros aún lidian con las consecuencias del desastre natural. La actividad económica del puerto de Acapulco está muy lejos de lo que solía ser, y la desconfianza entre los turistas podría tardar un buen tiempo en sanar.
La nostalgia y los días de gloria parecen lejanos, y en cada esquina, los habitantes esperan con ansias el regreso de los buenos tiempos, especialmente deseo de revitalizar la economía venidera por las festividades navideñas.
Comentario final: La situación actual de Acapulco subraya la fragilidad de la economía basada en el turismo, especialmente en regiones vulnerables a desastres naturales. La diversificación económica y planes de mitigación de riesgos deben ser una intención real para asegurar un futuro sostenible y evitar que los eventos catastróficos continúen afectando la vida de los locales. Al final, la recuperación dependerá también del interés de los turistas, que, si no sienten seguridad o confianza, el camino hacia la reactivación será aún más complicado.