Sheinbaum impulsa una ley para detener la siembra de maíz transgénico
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció el sábado que confía en que el Congreso, que está mayormente controlado por su partido, apruebe a inicios del próximo año una iniciativa para prohibir la siembra de maíz genéticamente modificado en el país. Este comunicado de Sheinbaum llega tan solo un día después de que un panel de disputas comerciales determinara que las restricciones impuestas por México a las exportaciones de maíz transgénico provenientes de Estados Unidos infringen el tratado de libre comercio de Norteamérica, TMEC.
"Con el respaldo del Congreso de México, buscaremos revertir esta decisión, ya que estoy convencida de que en febrero legislarán para prohibir la siembra de maíz transgénico", comentó Sheinbaum en un evento público. "Es fundamental proteger la biodiversidad en nuestro país, (...) sin maíz no hay nación", agregó. La situación se volvió tensa cuando el gobierno de Estados Unidos activó un panel de solución de diferencias para invalidar el decreto presidencial de febrero de 2023 que restringía el uso de maíz genéticamente modificado para la elaboración de tortillas y masa, además de proponer que se sustituya en la producción industrial destinada a la alimentación humana y animal. Las Secretarías de Economía y Agricultura de México manifestaron en un comunicado conjunto que no estaban de acuerdo con el fallo, aunque aceptaron acatarlo. Posteriormente, aseguraron que la resolución del panel se refería "exclusivamente" al comercio bilateral entre México y Estados Unidos. México, conocido como la cuna del maíz moderno, prohíbe el cultivo de maíz transgénico debido a la preocupación de que pueda contaminar sus variedades autóctonas. Sin embargo, el país es el principal importador de maíz amarillo de Estados Unidos, casi todo el cual es de tipo genético modificado. Se espera que durante la temporada agrícola 2023/24, los compradores locales importen un récord de 22.3 millones de toneladas métricas.
La discusión acerca del maíz transgénico en México refleja no solo preocupaciones ambientales y de salud, sino también el delicado equilibrio entre la soberanía alimentaria y la dependencia económica del comercio internacional. Las decisiones en este ámbito pueden tener repercusiones significativas en la producción agrícola y en los precios de los alimentos a nivel local, lo cual es crucial para la economía mexicana.