El rostro femenino de la informalidad laboral en México

Más de la mitad de los trabajadores en México se encuentran en informalidad laboral, lo que significa que no tienen acceso a la seguridad social ni a otros derechos laborales, a pesar de que muchos laboran para empresas formalmente establecidas e incluso para el gobierno. Entonces, ¿cuáles son las posibles soluciones a esta problemática? Establecer un sistema de cuidados y fortalecer la productividad de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) son medidas urgentes para abordar un reto que afecta al 54% de la fuerza laboral en el país.

Desmitificando la informalidad

El concepto de trabajador informal va más allá de las personas que venden productos en la calle. Como explica Ytzel Maya, Coordinadora de Datos de Oxfam México, la informalidad laboral es multifacética: incluye a trabajadores de diversos sectores, desde la agricultura hasta el sector gubernamental, y también a profesionales que reciben ingresos mediante honorarios, quienes, a pesar de pagar impuestos como el ISR, no tienen acceso a la seguridad social. El informe titulado "El laberinto de la informalidad", elaborado por Oxfam y México ¿Cómo Vamos?, revela las diferentes manifestaciones de este fenómeno. A diferencia de la percepción de que los trabajadores informales se dedican a actividades ilegales o que todos atraviesan la misma situación, el estudio afirma que el 27.8% de las personas en esta categoría laboran en el sector informal, el 13.5% en empresas, gobierno e instituciones, el 9% en el ámbito agrícola y el 3.9% en el trabajo doméstico remunerado. Además, los hombres han ganado más que las mujeres en tres de los cuatro tipos de informalidad laboral, y esta tendencia no ha cambiado en casi veinte años.

Las desventajas de la informalidad

Esto implica que los trabajadores informales no eligen su situación, sino que se ven forzados por circunstancias estructurales. Además, ser un trabajador informal no es beneficioso: el salario mensual promedio en un empleo formal es de 13,011.20 pesos, mientras que en uno informal apenas alcanza los 6,924.5 pesos. Esto significa que lo que gana una persona trabajando en la informalidad apenas le permite adquirir 1.5 canastas básicas. El problema de la informalidad no solo es económico, sino que también tiene un trasfondo sociocultural. Según el informe, las mujeres casadas con hijos, especialmente en áreas rurales del este o sur del país y con niveles bajos de educación, son las más afectadas. "La informalidad laboral golpea desproporcionadamente a las mujeres, ya que es probable que, al asumir roles de cuidado, caigan en esta situación. Es fundamental implementar un sistema integral de cuidados para que estas responsabilidades no impidan su desarrollo personal y laboral", enfatiza la Coordinadora de Oxfam México. Al profundizar más sobre cómo la informalidad se relaciona con el cuidado, se observa que a mayor número de hijos, mayor es la proporción de mujeres que ocupan empleos informales. Por ello, una de las propuestas del estudio es establecer un sistema de cuidados integral que permita a las mujeres y a la población en general acceder a empleos de calidad.

El papel del gobierno en esta problemática

Un ciclo vicioso entre informalidad y baja productividad

Para Axel González, experto de México ¿Cómo Vamos?, la informalidad y la baja productividad de las MiPymes son dos aspectos interrelacionados que se alimentan entre sí. Las empresas con menos empleados, aun siendo formales, tienen más probabilidades de que sus trabajadores estén en la informalidad y, por ende, sin derechos laborales. Un abrumador 95% de las unidades económicas son MiPymes, que por su propia naturaleza carecen de fortaleza financiera, económica y operativa para formalizar sus empleos. Axel explica que la evidencia muestra que este tipo de negocios tienen baja productividad laboral. "La baja productividad y la informalidad en México no son problemas separados; al contrario, se retroalimentan, creando un ciclo que frena el crecimiento. Debemos enfocarnos en aumentar la productividad, especialmente entre las micro y pequeñas empresas, si queremos generar empleos de calidad y una economía más sólida", observa. Axel sugiere fortalecer a las MiPymes mediante un acceso simplificado al financiamiento y cuotas diferenciadas de seguridad social. Esto permitiría a estas empresas crecer y ofrecer empleos formales con acceso a seguridad social, lo que, a su vez, reduciría la informalidad. Además, señala que 2 de cada 10 empleados del gobierno trabajan en condiciones informales, por lo que propone revisar las formas de contratación en el sector público para formalizar el empleo y aumentar la supervisión en las instituciones gubernamentales y en empresas que mantengan a sus empleados en condiciones informales. Finalmente, el estudio subraya la urgencia de que el gobierno aumente los recursos recaudados para la seguridad social, ya que sin estos es imposible garantizar derechos laborales a todas las personas, sin importar su estatus de formalidad o informalidad.

La informalidad laboral en México no solo priva a las personas de derechos fundamentales, sino que también limita el potencial de crecimiento económico del país. Abordar este problema requiere un enfoque integral que no solo contemple la formalización de empleos, sino también el fortalecimiento de las MiPymes y el empoderamiento de las mujeres. Esto podría transformar la estructura económica y fomentar una mayor inclusión social, permitiendo un desarrollo más equitativo y sustentable.