EE.UU. exige control estricto en la certificación de aguacates mexicanos
Este viernes, la Embajada de Estados Unidos en México comunicó que está a la espera de una "implementación estricta" del nuevo programa de certificación de aguacates que busca asegurar que los aguacates exportados hacia su territorio no sean de huertos ilegales o de áreas deforestadas. La Asociación de Consumidores Orgánicos de Estados Unidos, una ONG, interpuso en agosto varias demandas contra empresas estadounidenses acusadas de fabricar aguacates en México que no son de fuentes responsables ni ambientalmente sostenibles.
Hacia adelante, estamos trabajando para que los aguacates que se envían a Estados Unidos no provengan de huertos ilegales, para así frenar la deforestación 👉 https://t.co/bg90bzSzaj pic.twitter.com/yXxpBtxBpa
— Embajador Ken Salazar (@USAmbMex) 20 de septiembre de 2024El embajador Ken Salazar expresó: "Esperamos ver una implementación rigurosa de este programa", al referirse a un plan que fue recientemente respaldado por el gobierno de Michoacán, la región mexicana que encabeza la producción y exportación de aguacates en el país. Las exportaciones de aguacate mexicano hacia EE.UU., que representan cerca del 80% de las ventas totales en el extranjero, han aumentado un 48% desde 2019, alcanzando más de 3,000 millones de dólares el año pasado. Además de las preocupaciones por el impacto ambiental de la creciente producción de aguacate, la inseguridad y las denuncias de extorsión por parte del crimen organizado en Michoacán han afectado a este sector, que es vital para la segunda economía más grande de América Latina. En junio, los envíos de aguacate y mango desde Michoacán a EE.UU. fueron suspendidos temporalmente tras un incidente donde dos inspectores del Gobierno estadounidense fueron retenidos en una carretera.
Este enfoque en la regulación y la sostenibilidad es crucial, no solo desde un punto de vista ambiental, sino también económico. A medida que la demanda de aguacates sigue creciendo, es vital que México implemente medidas que aseguren la producción responsable. Esto no solo ayudará a proteger las áreas boscosas, sino que también puede mejorar la reputación del país en el mercado internacional, impulsando así aún más sus exportaciones y contribuyendo al crecimiento de la economía mexicana en un contexto donde la competencia y las regulaciones ambientales son cada vez más rigurosas.