Impacto Moderado de la Tasa de Banxico en la Deuda Pública
La disminución de la tasa de interés establecida por el Banco de México (Banxico), que ya se ha iniciado y se anticipa que continúe este año, aportará de manera marginal a la reducción de la deuda pública federal y a su costo financiero. Después de más de tres años por encima del rango objetivo del banco central, el 7 de febrero pasado, la inflación mostró una desaceleración y alcanzó su menor nivel desde febrero de 2021. Con esto en mente, la Junta de Gobierno de Banxico tomó la decisión de rebajar la tasa de interés de referencia en 50 puntos base, dejándola en 9.50%, y se prevé que se realicen más reducciones continuas hasta junio, sumando hasta 100 puntos base en total.
“El impacto en las finanzas públicas será limitado, ya que estos 50 puntos base representan aproximadamente 16,900 millones de pesos menos, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Hacienda”, detalló Ricardo Cantú, investigador asociado en el área de Ingresos y Deuda del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Según los Criterios Generales de Política Económica 2025, 100 puntos base equivalen a 33,800 millones de pesos. En dicho documento, Hacienda proyecta una tasa del 8% al cierre de año, lo que significaría una baja de 200 puntos en todo el año respecto a la tasa de 10% que se reportó al cierre de 2024, lo que a su vez representaría 67,600 millones, es decir, solo el 5.87% del total de los costos financieros del año pasado, que fueron de 1.150 billones de pesos, la cifra más alta registrada. Sin embargo, una disminución en la tasa de Banxico por sí sola no reducirá los compromisos financieros del país, ya que se deben considerar otros factores para que haya una reducción tangible en la deuda pública en relación al PIB, tales como invertir más en proyectos públicos que dinamicen la economía y generen más ingresos por ISR; así como fomentar el consumo para incrementar la recaudación de impuestos como el IVA y el IEPS, aclaró Cantú. También hay que tomar en cuenta la composición de la deuda del sector público federal, donde más del 80% es interna y el resto es deuda externa, como explicó Tamón Takahashi, economista jefe en TKA Analytica. “Aunque la baja en la tasa podría beneficiar la deuda federal, no será del todo eficaz debido a la parte en moneda extranjera. La depreciación del peso impacta, especialmente porque los ingresos petroleros llegan en dólares; si el dólar se encarece, obtendremos menos dólares al vender crudo, lo cual puede presionar las finanzas públicas”, añadió Takahashi. Además, persisten riesgos relacionados con la inflación, lo que puede llevar a pausas en el descenso de la tasa de interés, y una moneda más devaluada afectada por factores externos como los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos mexicanos, coinciden los especialistas. “Lo que se espera es que los planes del Paquete Económico 2025 se cumplan, lo que significaría que la deuda no aumentaría. Si la tasa de interés baja, los costos financieros en los refinanciamientos aún podrían mantenerse altos. Aunque las tasas hayan disminuido, la política monetaria sigue siendo restrictiva. Los refinanciamientos corresponden a deuda con tasas previamente bajas”, apuntó Janneth Quiroz, directora de Análisis de Monex. “El costo financiero podría bajar poco a poco, pero no se anticipa que la deuda supere las proyecciones estipuladas en el presupuesto de 2025, a pesar de la disminución en las tasas de interés”, concluyó Quiroz.
En conclusión, aunque la baja en la tasa de Banxico puede sonar alentadora, es crucial recordar que la economía nacional enfrenta múltiples desafíos. Para que los beneficios de estas reducciones se traduzcan realmente en un alivio en la deuda pública, necesitaríamos un compromiso a largo plazo con políticas que estimulen la inversión y el consumo, además de fortalecer la capacidad de recaudación fiscal. La interacción entre la deuda interna y externa, junto con la fluctuación del tipo de cambio, jugará un papel fundamental en el futuro de la economía mexicana.