Los Intereses de la Deuda Pública Estarán en Niveles Récord para 2025
Según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el costo financiero de la deuda alcanzará cifras récord hacia fines de 2024 y a lo largo de 2025. Los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) estiman que el pago de intereses por la deuda en nuestro país será de 3.7% del PIB este año y de 3.8% del PIB el próximo, los niveles más altos registrados desde el año 2000. “El problema es que toda deuda genera intereses; en 2024 nos endeudamos considerablemente, justo en un año electoral, supuestamente para concluir proyectos de infraestructura de la administración anterior. Ahora hay que asumir los costos de esa deuda, no solo de este año, sino también de años pasados que se han acumulado”, señaló José Luis Clavellina Miller, director de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
El mismo porcentaje que se prevé para cerrar 2024 se estima para 2025, con un costo que bordearía los 1.4 billones de pesos, mientras para este año se calcula en 1.2 billones. Este gasto por concepto de intereses es equivalente a todo lo que el gobierno federal destina a los estados a través de las Participaciones. Se proyecta que el costo financiero alcanzará el 3.8% del PIB el siguiente año, mientras que el gasto en capital será del 2.8%. “Esto significa que solo en intereses y servicio de la deuda se va a destinar más dinero que el total que se invertirá en un año, algo que es bastante significativo”, detalló Clavellina. A medida que pasa el tiempo, el costo financiero de la deuda se lleva una porción cada vez más grande del presupuesto, limitando lo que se puede destinar a otras áreas. “Para cubrir el pago de la deuda y los intereses, la única opción que queda es recortar gastos, porque endeudarse implica sacrificar gastos futuros. Este año, el gobierno duplicó su déficit, por lo que tendrá que reducir gastos en otras áreas para hacer frente a las obligaciones, que actualmente están a tasas de interés altas debido a la inercia inflacionaria que no permite bajar las tasas a niveles conocidos en años anteriores,” aclaró Manuel Herrera, vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). Además de ser un obstáculo para la inversión en infraestructura social y económica, el alto costo de los intereses presiona a las agencias de calificación crediticia, “estamos en la cuerda floja para que haya un cambio en la perspectiva o incluso una degradación en la calificación, si el costo financiero sigue incrementándose más rápido que los ingresos”, apuntó Herrera. También destacó que una rebaja en las calificaciones crediticias encarecería el financiamiento futuro y acortaría los plazos de pago de la deuda. “Esto es producto de un gasto excesivo en un solo año, lo que hace crucial mantener déficits fiscales moderados para evitar caer en estas dinámicas”, añadió Herrera.
Este escenario pone de relieve la importancia de una planeación fiscal prudente. Controlar el gasto y diversificar las fuentes de ingresos son pasos clave para asegurar la sostenibilidad económica en el largo plazo y evitar que el país dependa en exceso de la deuda. Las administraciones futuras necesitarán encontrar un equilibrio para fomentar el crecimiento sin sacrificar la salud financiera del país.