Las remesas y su impacto en la economía de México
Jalisco, Michoacán y Guanajuato han sido, durante más de diez años, los estados que más remesas reciben en la república, pero esto no significa que estas aportaciones se traduzcan en beneficios económicos o en mejoras en la calidad de vida de sus ciudadanos. En términos de generación de empleo y crecimiento del producto interno bruto (PIB), estas tres entidades no han alcanzado las expectativas, mientras que la informalidad predomina. Además, en Michoacán y Guanajuato, más del 30% de la población vive en condiciones de pobreza y pobreza laboral (que ocurre cuando los ingresos laborales de un hogar no son suficientes para alimentar a todos sus miembros), según datos proporcionados por México, ¿cómo vamos? y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Para que haya crecimiento se necesita que el ahorro se convierta en inversión y en infraestructura. Sin embargo, estos recursos se utilizan más en gasto corriente que en inversión. Por ello, [las remesas] no contribuyen significativamente al crecimiento económico”, señala Gabriel Pérez del Peral, académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana (UP). La informalidad y la falta de educación financiera juegan un papel importante en esta falta de inversión productiva. “En México hay escasos esfuerzos por apoyar actividades productivas, no solo en estos estados, lo que significa que, aunque existan recursos disponibles, no se utilizan para aumentar la producción, limitando así el desarrollo en las áreas que reciben estas remesas”, agrega Sergio Castellanos-Gamboa, líder del área Centro-Sur del FAIR Center y académico de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey. También menciona que hay dos temas recurrentes que no están relacionados con la actividad productiva: la demografía y la migración, así como los problemas de seguridad y violencia. Castellanos estima que para atraer nuevamente al talento humano al país se debería priorizar la inversión, la educación, la capacitación y la innovación, estimando que se necesitarían alrededor de 15 años para ver los primeros resultados. “Mientras persista la brecha en salarios y en el poder adquisitivo, seguirá habiendo incentivos para que la gente busque oportunidades en Estados Unidos”, añade Castellanos. Los expertos consultados coinciden en que el desafío en materia de políticas públicas es entender cómo fluyen las remesas para incluir este capital en la economía formal.
Nota del editor: Esta información se publica originalmente en la revista Expansión, correspondiente a octubre de 2024, 'Los 100 empresarios más importantes de México'.Las remesas representan una fuente importante de ingreso para muchas familias en México, pero es crucial que se orienten hacia la inversión y el desarrollo productivo. Promover la educación financiera y fomentar la formalización de la economía podría ayudar a transformar estas transferencias en motor de crecimiento y estabilidad económica, beneficiando así a las comunidades que las reciben. La clave está en canalizar el capital hacia oportunidades que generen empleos y fortalezcan la economía local.