Afrentando el reto de atraer inversión en el gobierno de Sheinbaum
El último año del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador podría ser el mejor en términos de Inversión Extranjera Directa (IED) que se haya registrado. Las estimaciones de la Secretaría de Economía sugieren que para 2024 se podrían captar alrededor de 40,000 millones de dólares. Sin embargo, expertos indican que esta cifra no refleja el verdadero potencial que ofrece la reubicación de empresas, conocido como nearshoring. Aunque los datos de la secretaría muestran un crecimiento en la IED, algunos analistas sostienen que, a pesar de que se han hecho esfuerzos, es crucial que exista una coordinación entre todos los niveles de gobierno, empezando por el federal, para mejorar la situación. Esto nos recuerda el caso de ProMéxico, un fideicomiso que fue disuelto por decreto en mayo de 2019 y que antes ayudaba a promover al país a nivel internacional y a impulsar el comercio exterior.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum al mando a partir del 1 de octubre, los especialistas sugieren que es fundamental implementar una política más robusta para atraer IED, estableciendo un organismo federal que centralice esfuerzos. Esto es vital para concretar los compromisos de inversión que alcanzan un total de 170,193 millones de dólares entre enero de 2023 y agosto de 2024. El nuevo gobierno deberá abordar temas cruciales relacionados con energía, agua, seguridad y el estado de derecho, para ofrecer certeza a los inversionistas. Sin embargo, uno de los mayores desafíos estará en la infraestructura logística, que, según Rogelio Jiménez Pons, subsecretario de Transportes, requerirá una inversión de 400,000 millones de dólares para cumplir con las necesidades hasta 2032.
Juan Francisco Torres Landa, socio en la firma Hogan Lovells, destaca que México necesita un nuevo enfoque para atraer inversiones, pues hasta ahora parece que se ha dejado al azar. Él estima que el país podría haber captado al menos 100,000 millones de dólares en IED nueva, lo que representa un 55.5% de lo que ya no llega de China. En 2023, la inversión proveniente de dicho país se reduce a 33,000 millones, bajando drásticamente desde más de 180,000 millones en 2022. El año pasado, México solo recibió 5,033 millones de dólares en nuevas inversiones, representando apenas un 5% de la cifra que Torres Landa menciona. Las estadísticas de la Secretaría de Economía indican que estas nuevas inversiones se encuentran en niveles alarmantemente bajos; sólo alcanzaron 13% del total en 2023 y un 3% en el primer semestre de 2024, con 909.3 millones. Él advierte que esta es una oportunidad histórica para México, que quizás no se volverá a repetir en varias décadas, y que es urgente actuar para mejorar las condiciones de seguridad física y jurídica, además de asegurar un suministro energético confiable, renovable y accesible, junto con el desarrollo de la infraestructura logística necesaria para respaldar el crecimiento.
Desde el entorno empresarial, se hace énfasis en que para atraer más IED, el país requiere promocionarse de manera más efectiva en el exterior. Pedro Casas Alatriste, director de AmCham, resalta la importancia de que el gobierno vuelva a invertir en la promoción de inversiones, lo cual se traduce en un esfuerzo colectivo que debe ser nacional y federal. En este sentido, un enfoque concentrado en captar inversiones sería fundamental.
Para alcanzar las metas planteadas, algunos proponen establecer servidores públicos dedicados a captar inversiones y crear una agencia que se encargue de promocionar a México. Sergio Contreras, del COMCE, señala que somos el único país de Latinoamérica sin una agencia de este tipo. Una entidad especializada podría lograr mejores resultados al coordinar esfuerzos hacia la atracción de inversiones, a través del uso de herramientas como el análisis de Big Data. El Comce ha presentado varias iniciativas para los próximos seis años del gobierno de Sheinbaum, buscando transformar a México de un país meramente manufacturero a uno que genere innovaciones y tecnologías avanzadas. La asesora económica de la nueva presidenta electa ha afirmado que se generará un plan de promoción integral, alineado con los gobiernos estatales, o de lo contrario, los esfuerzos se verán comprometidos. Claudia Sheinbaum ha declarado que el interés en la economía mexicana ha crecido y que se planea fomentar inversiones que ofrezcan salarios justos y dignos, así como promover la tecnología y el valor agregado detrás de estas inversiones. De acuerdo con el historial de la Secretaría de Economía, la IED se ha concentrado en industrias manufactureras, servicios financieros y minería, pero en su mandato, Sheinbaum buscará impulsar los sectores de semiconductores, electrónica, electromovilidad, dispositivos médicos y agroindustria.
La capacidad del nuevo gobierno para atraer inversión extranjera no solo depende de las cifras, sino de la construcción de un entorno propicio y confiable. La coordinación entre las instancias de gobierno y el sector privado será clave para materializar las oportunidades que presenta el nearshoring, permitiendo a México posicionarse como un líder en innovación y sostenibilidad. La planificación y ejecución de políticas efectivas serán determinantes para que el país no solo capte inversiones, sino que también las transforme en beneficios tangibles para su población.
En resumen, el próximo gobierno tiene una oportunidad histórica ante sí. Para aprovechar esta coyuntura, será fundamental que la administración de Sheinbaum adopte una estrategia integral que considere todos los aspectos necesarios para atraer inversión sostenida y de calidad, lo que podría marcar un hito en la economía del país.