La Estrategia de Trump: Un Llamado a la Reindustrialización y sus Consecuencias para México
“Produzcan en Estados Unidos o prepárense a lidiar con aranceles”. Con esta advertencia, el ex presidente Donald Trump está logrando lo que muchos consideraban complicado: que las compañías reevalúen sus decisiones de inversión y se inclinen hacia la reindustrialización en su país. Mientras tanto, el impulso del nearshoring en México empieza a decaer. El presidente estadounidense anunció la implementación de aranceles del 25% para México y Canadá, pasando de la mera amenaza a la acción firme. Este movimiento busca, según Trump, incentivar el retorno de las industrias a suelo estadounidense, pero también se asocia al problema del tráfico de fentanilo.
En este año, Trump ha captado la atención de diversas empresas e inversores, comprometiendo una inversión total de 1.6 billones de dólares a través de empresas como Apple, Stargate, TSMC, Eli Lilly y Nippon Steel. A esta ola de capital se le suman el multimillonario emiratí Hussain Sajwani y el príncipe heredero de Arabia Saudita, quien anunció una inyección de 600,000 millones de dólares a Estados Unidos. La política arancelaria de Trump está inclinando la balanza, ya que, según el propio presidente, Apple decidió destinar 500,000 millones de dólares a producir en territorio estadounidense en lugar de en México, donde tenía planes para abrir dos fábricas. Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum asegura que la inversión sigue fluyendo en México, aunque los montos anunciados para 2025 apenas llegan a 13,750 millones, gran parte de los cuales son ratificaciones de compromisos ya asumidos, como el de Amazon por 5,000 millones.
Cuando un país impone aranceles, las empresas multinacionales tienden a abrir o expandir operaciones en ese país para evitar esos impuestos, lo que puede dinamizar la inversión, según el análisis de Henry Loewendahl, consultor de fDi Intelligence, un servicio de The Financial Times. Para Trump, su estrategia arancelaria también busca atraer más inversión extranjera directa (IED) hacia Estados Unidos. Loewendahl prevé que la IED hacia Estados Unidos aumente un 20% en los próximos dos años. Sheinbaum, por su parte, espera recuperar industrias y continuar atrayendo inversiones extranjeras mediante el Plan México, aunque este ha sido calificado como una buena intención que aún necesita definirse concretamente. Sin embargo, los aranceles impuestos por Trump están complicando las inversiones en México; el sector empresarial detecta hasta 60,000 millones de dólares en proyectos que están estancados. La firma de abogados Covington & Burling LLP resalta que el Plan México llega en un momento difícil para la administración de Sheinbaum y para la economía del país. En medio de señales de desaceleración económica, el Plan se propone generar certidumbre en un contexto de inversión marcado por recientes reformas económicas y políticas, como cambios en el sistema judicial y la eliminación de agencias reguladoras independientes, lo que inquieta a los inversionistas.
Además, la llegada de una nueva administración de Trump que busca reformar la política comercial de Estados Unidos, priorizando a los trabajadores estadounidenses y tratando de equilibrar las relaciones comerciales, complica aún más la situación. Tanto México como Estados Unidos buscan fortalecer su producción nacional no solo para exportar, sino también para abastecer sus propios mercados. Hace poco, Sheinbaum destacó la necesidad de recuperar industrias clave que habían sido fundamentales para la economía mexicana. "Queremos impulsar la industrialización en México, específicamente en sectores que teníamos antes y que hemos perdido. Por ejemplo, la industria textil, que en su momento fue crucial para el país, ahora estamos buscando recuperar", indicó la mandataria. Al referirse al sector agropecuario, Sheinbaum reconoció que México tiene una sólida industria de exportación, pero subrayó la importancia de fomentar la producción para el consumo interno. También mencionó otros sectores estratégicos que el gobierno pretende revitalizar, como la industria del mueble y la fabricación de semiconductores, un área en constante crecimiento. Un caso particular fue el de la industria farmacéutica, que sufrió una caída importante debido a decisiones tomadas en administraciones pasadas. "Antes, para vender medicamentos al gobierno, era requisito tener una planta en México. Esa política fue eliminada en el sexenio de Calderón y la industria cayó en declive. Queremos cambiar eso y recuperar la producción nacional de fármacos", concluyó.
Es evidente que la dinámica entre las políticas arancelarias de Estados Unidos y las estrategias económicas de México va a afectar significativamente el clima de inversión en ambos países. Mientras que las empresas buscan adaptarse a un entorno cambiante, la clave será cómo ambos gobiernos logran equilibrar sus intereses y fomentar un desarrollo sostenible para la economía. La diversificación y la adaptación serán esenciales para minimizar los efectos adversos y aprovechar las oportunidades que puedan surgir de este panorama competitivo.