La Aseguradora de Ingresos de México se Encuentra en Niveles Críticos
Los fondos de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) y el de Estabilización de Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), que son cruciales para mitigar la falta de ingresos públicos cuando la economía o los precios del petróleo bajan más de lo previsto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el Paquete Económico, están exhibiendo saldos que son hasta seis veces inferiores a los niveles máximos registrados en 2018. Al finalizar septiembre de 2024, el FEIP reportó un total de 50,804 millones de pesos; esto representa cerca de una quinta parte de lo que se reportó en 2018, cuando alcanzó un saldo récord de 246,690 millones. Por su parte, el FEIEF tuvo un acumulado de 12,886 millones, lo que equivale a casi la sexta parte de lo registrado en 2018, cuando subió a 76,348 millones. Esta situación es alarmante para las finanzas públicas debido a los bajos niveles y la lenta recuperación de estos fondos, acompañada de perspectivas sombrías para la economía mexicana.
La Secretaría de Hacienda prevé que la economía cierre este año con un crecimiento entre 2.5% y 3.5%, mientras que para el año siguiente espera un incremento entre 2% y 3%, pero estas expectativas están muy alejadas de los pronósticos de los expertos del sector privado, como el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), que calcula un crecimiento de 1.5% para 2024 y apenas de 1% para 2025. A su vez, el banco central estima un crecimiento de 1.8% para este año y de 1.2% para 2025. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también ha recortado su proyección sobre el PIB mexicano, bajándolo de 2.2% a 1.4% para finales de 2024, y de 2% a 1.2% para 2025. “Si en la práctica no crecemos, esto traducirá en menores ingresos públicos de lo que se había planeado, principalmente los impuestos, que dependen en gran parte de la actividad económica. Si el FEIP y el FEIEF siguen en estos niveles, los gobiernos tendrán que recortar o aumentar su endeudamiento”, señaló Diego Díaz, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Ningún país está a salvo de desequilibrios por factores externos, como lo fue la pandemia en 2020, cuando se utilizaron recursos de estos fondos para paliar las carencias del presupuesto. “La diferencia actual es que ante cualquier eventualidad no habrá dinero para cubrir los recursos que falten”, advirtió Christopher Cernichiaro, investigador posdoctoral de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). En 2018, estos fondos, que se nutren principalmente de ingresos tributarios y petroleros excedentes, registraron saldos máximos, pero comenzaron a descender en 2019 debido a su activación por una contracción económica del 0.2%. La caída más pronunciada ocurrió en 2020, cuando la economía mexicana se desplomó un 8.4% a causa de la pandemia, y desde entonces no han logrado recuperarse.
Para el 2022 y 2023, el acumulado del FEIP fue cercano a 15,000 millones cada año, pero se estima que para 2024, dicha acumulación se reduzca a aproximadamente 9,000 millones, según explicó José Luis Clavellina, director de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). “Si este es el ritmo de acumulación, tardaremos más en tener fondos disponibles y, si se presenta otra crisis, tendremos menos recursos para cubrir los ingresos faltantes”, añadió el investigador. El uso del FEIP es fundamental para compensar los recursos que faltan al gobierno federal. Sin estos fondos, el sector público se enfrenta a dos alternativas: hacer recortes o aumentar su deuda. Ambas decisiones tienen sus efectos. Recortar podría llevar a una disminución en la calidad de los servicios públicos, mientras que incurrir en deuda incrementa el déficit fiscal, lo cual es monitoreado por las agencias calificadoras, explicó Cernichiaro. Dado que los gobiernos estatales y municipales dependen en gran medida de los ingresos federales, también enfrentarían presiones para recortar sus gastos o recurrir a endeudamiento. “Este FEIEF se utiliza para reponer los ingresos de los estados; si faltan estos recursos, la población sufriría las consecuencias, ya que la mayoría de estos fondos se destinan a gastos corrientes, el pago de pensiones de sistemas estatales o incluso gastos como la energía eléctrica”, precisó el investigador de la UAM. Según Díaz, la posibilidad de recurrir a deuda dependerá de la situación financiera de cada estado. “Los que más dependen de ingresos federales podrían ser los más perjudicados”, acotó. Según datos del IMCO, entidades como la Ciudad de México, Chihuahua y el Estado de México generan más ingresos propios, mientras que Hidalgo, Oaxaca y Guerrero son los estados que más dependen de transferencias federales.
Es preocupante que la falta de fondos de estabilización esté afectando la salud financiera del país. La dependencia de los ingresos federales por parte de los estados subraya la necesidad de diversificar las fuentes de ingresos y fortalecer la administración fiscal. La sostenibilidad económica a largo plazo requiere una planificación cuidadosa y una gestión financiera efectiva para evitar una crisis más profunda en el futuro.