Desafíos económicos para México en el horizonte de 2025
Con la llegada de nuevos gobiernos tanto en México como en Estados Unidos, y los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, se vislumbran varios factores que influirán en el nuevo año, generando un clima de alta incertidumbre para la economía global. Cada decisión de los actores involucrados podría tener repercusiones significativas.
¿Estamos ante una posible recesión? ¿Cómo afectará la inflación? ¿Qué rumbo tomará el peso mexicano? ¿Cuáles son los retos para las finanzas públicas? ¿Qué esperar de la Reserva Federal?
Ricardo Aguilar Abe, Economista en Jefe y Director de Análisis de Banco INVEX asegura que, a pesar de la desaceleración de la demanda interna, se prevé que México crezca un 1.0% en 2025, gracias a un sector de servicios robusto y un gasto público elevado. Sin embargo, hay riesgos a la baja, ya que la inversión puede verse impactada por cambios legislativos o por condiciones más atractivas en Estados Unidos, como recortes impositivos.
Enrique Covarrubias, Economista en Jefe y Director de Análisis de Grupo Financiero Actinver también descarta una recesión, aunque la probabilidad ha aumentado. Al mirar hacia 2025, el crecimiento económico podría ser lento, alineándose con una economía mundial que el FMI proyecta en un crecimiento del 2.2%. Esto podría llevar a una ligera desaceleración en la producción manufacturera y las exportaciones. La inversión podría repuntar moderadamente mientras el consumo se mantenga sólido debido a las transferencias sociales.
Alejandra Marcos, Directora de Análisis y Estrategia de Intercam Banco señala que aunque la inflación podría seguir un camino desinflacionario, esta tendencia será más limitada. La desaceleración de la economía podría ayudar a que la inflación converja al objetivo de Banxico, pero persisten riesgos. La inflación en servicios se ha mantenido por encima del 5% durante años y políticas salariales agresivas podrían complicar la batalla contra la inflación.
Alejandro Saldaña, Economista en Jefe de Grupo Financiero BX+ afirma que un crecimiento bajo podría moderar las presiones inflacionarias, aunque no anticipamos que la inflación regrese a la meta del 3% de Banxico. La política salarial y la falta de aumento significativo en la productividad laboral son factores que deben ser considerados.
Alejandra Marcos, Directora de Análisis y Estrategia de Intercam Banco, indica que el tipo de cambio podría ser un termómetro ante la incertidumbre. Mientras se eviten las amenazas de aranceles, el tipo de cambio debería estabilizarse entre 20 y 20.50 pesos por dólar. Sin embargo, la volatilidad podría ser real, especialmente hacia el final del año con la renegociación del T-MEC.
Nadia Montes de Oca, Gestor de Cartera Senior de Franklin Templeton México, menciona que la depreciación del peso ha sido notable. Se espera que un panorama político más claro en EU ayude a frenar esta tendencia, aunque la incertidumbre seguirá siendo parte del escenario.
Víctor Ceja, Economista en Jefe de Valmex Casa de Bolsa destaca los desafíos de la consolidación fiscal, ya que el déficit público podría ser complicado de manejar sin reformas fiscales. La promesa de reducir el déficit a la mitad en 2025, cuando actualmente está cerca del 6% del PIB, representa un desafío difícil.
Gabriel Casillas, Economista en Jefe para Latinoamérica de Barclays menciona que la credibilidad, el crecimiento y la situación de Pemex son las principales preocupaciones para las finanzas públicas. Se espera que un paquete económico con supuestos creíbles mellore la percepción de los mercados.
La política monetaria también se encuentra bajo la lupa, con la posibilidad de recortes en la tasa de interés. Iván Arias Gallegos, Director de Estudios Económicos de Citibanamex, sugiere que los recortes seguirán mientras la Fed tiene que vigilar la inflación y el empleo.
Entre los riesgos para la economía global se encuentran conflictos geopolíticos y desafíos en la gestión de la deuda pública. La falta de reformas estructurales podría agravar la situación financiera.
En conclusión, aunque el 2025 presenta un panorama retador para la economía mexicana, con un crecimiento moderado y presiones inflacionarias persistentes, es crucial que se implementen políticas fiscales y monetarias prudentes que permitan no solo navegar esta incertidumbre, sino también aprovechar potenciales oportunidades de inversión en un clima complejo. La atención a estos factores será determinante para el futuro económico del país.
